martes, 14 de octubre de 2014

Tú... Coleccionista de fotografías

Los coleccionistas son personas que reúnen objetos de la misma clase (o de la misma forma) por un interés propio o por afición. Generalmente, las colecciones (que son las agrupaciones de diferentes objetos de una determinada categoría) son organizadas y clasificadas por el coleccionista.

Cualquier cosa es coleccionable. Sólo se necesita estar lo suficientemente comprometidos con el objeto para convertir la afición en una colección. Existen todo tipo de colecciones, y de forma de coleccionarlas. Hay quien reúne tarjetas de beisbol y las coloca todas en un mismo lugar.

A continuación, dos artistas que trabajan proyectos artísticos a través de colecciones.

Patricia Lagarde, diseñadora gráfica y fotógrafa, es una artista visual que se especializa en la elaboración de Libros de artista. Lagarde, dice que como artistas, fotógrafos, no debemos limitarnos a presentar una fotografía colgada en la pared, si no a experimentar todas sus presentaciones. Lagarde presenta sus obras a través de libros de artista que ella diseña y edita de acuerdo a las necesidades de sus fotografías, adecuando el libro a su trabajo y no viceversa. Más bien, convirtiendo el libro en su obra.

Además de los Libros de artista, Lagarde tiene una colección de objetos que son sacados de su contexto y atrapados por la técnica de ambrotipo, haciendo de cada fotografía una pieza única y coleccionable. Al sacar a cada objeto de su contexto y metiéndolo en un ambrotipo de 10x14cm, Lagarde tiene una colección fotográfica de objetos cotidianos que todos, logran tener una relación por su importancia en la fotografía y no en realidad.




Marianna Dellekamp estudió fotografía en México y Nueva York, es una artista visual que en particular, colecciona tierra. Sí, ese polvo café que se mete en todos lados, y lo hace de una manera muy original, a través de libros (recipientes) de acrílico. Ésta colección la hizo con la ayuda de la difusión de una convocatoria en las redes sociales para que personas de todo el mundo le mandaran tierra. “Tocando puertas virtuales lancé un mensaje pidiendo ayuda y tierra de un lugar que les significara algo".

Pero no recibió tierra únicamente, la creatividad de los colaboradoes los llevo a enviarle piedras, arena, conchas y hasta la tierra envolviendo objetos. Así los colaboradores se convierten en autor de su libro, por esto la Biblioteca de Tierra contiene diferentes puntos de vista a un mismo tema. La colección no se basa nada más en los libros de tierra, si no también en las fotografías de todo el proceso, desde el empaque en donde recibe las cajas, hasta el diseño de un libro que contenga todo el proyecto.

La colección de Dellekamp es de lo más impresionante. Hay personas que coleccionan postales para tener un recuerdo de los lugares que han visitado. Dellekamp colecciona pedazos, literal, del mundo. Colecciona lugares significativos para otras personas, conocidos y desconocidos, que al igual que en tierra, se dejan almacenar para conformar una biblioteca de experiencias. 


Actualmente Dellekamp, vive en el dilema de terminar el proyecto o no. A mí parecer,  las colecciones pueden llegar a ser infinitas a menos que te pongas una meta fija, así la colección acaba cuando llegues a ella. 

El coleccionismo como arte, tiene la ventaja del trabajo colectivo (y la desventaja de correr el riesgo con la obsesión). Una vez que las personas saben que estás coleccionando algo, empiezas a crear esta conciencia de la gente sobre ti, y comienzan a participar en tu colección. 

Yo tengo una colección, de fotos tomadas con el celular de vochos amarillos. One Hundred Yellow Vugs, empecé ésta colección con el fin de crear en la memoria de los demás, un símbolo con el que me recuerden. El objetivo se logró, a través de la publicación de las fotos en redes sociales (Instagram y Facebook) Se empezó a crear este recuerdo de mí en mis conocidos, éstos, al ver un vocho amarillo, lo fotografiaba y me mandaban el resultado porque se habían acordado de mí. A diferencia de Dellekamp, yo decidí ponerme una meta, aunque debo admitir, que después de casi dos años de vochos amarilos es difícil desprenderse de ellos, y que el recuerdo en las demás personas continua, ya que sigo recibiendo fotos de vochos amarillos para mi colección.

Después de una colección de 131 vochos amarillos, empesé The Chronicles of the Hipster Glasses. Otro proyectos de coleccionismo.

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