viernes, 22 de agosto de 2014

La foto surreal

Susan Sontang (1933-2004), ganadora del Príncipe de Asturias de las Letras en 2003 desarrolla un concepto interesante en su ensayo Sobre la fotografía. Se trata de la fotografía como un ejecutante del mandato surrealista, Sontang establece que: “Ninguna actividad está mejor abastecida para ejercer la manera de mirar surrealista, que la fotografía…”

La fotografía captura la realidad y no sólo la interpreta como el dibujo y la pintura, ¿pero cómo logra un arte sumamente realista, ser a la vez surreal?

                                                     Por el tiempo.

Tanto para la fotografía como para el surrealismo de Bretón, el pasado es un tema en común, por un lado por la creación de la tiendas de antigüedades y por otro el congelamiento de un instante que a partir del momento en el que se tomó, empieza a ser una pieza coleccionable del pasado.

Según Sontang la fotografía es surreal por la apropiación de la realidad, a diferencia del movimiento surrealista en que se trataba principalmente del inconsciente, de los sueños. Lo que vuelve surreal una fotografía es su irrefutable patetismo como mensaje de un tiempo pasado, y la concreción sobre sus alusiones sobre la clase social.


La fotografía, tiene la capacidad de coleccionar la cultura y sociedad de cada época. "Lo surreal es la distancia que la fotografía impone y franquea: la distancia social y la distancia temporal."

jueves, 21 de agosto de 2014

Kodak desechable, Blanca Con Puntitos Morados, Canon Rebel DSRL

Mi experiencia en la fotografía: bien, mi primera cámara fue una Kodak desechable. Tenía 5 años, lo primero que aprendí fue que si abría la tapa de atrás el Sol quemaban mis fotos. Entonces aprendí a cambiar el rollo, y a contar cuantas fotos llevaba, a no desaprovecharlo y a hacer la mejor foto posible. Porque si no tomaba fotos buenas, mi papá no me iba a revelar el rollo. Creo que no era buenas fotos. Para mí una buena foto, está en el encuadre. Sea cual sea la intención en exposición, y foco. Lo que la hace una buena foto, es el encuadre.

Entonces, ya sabía encuadrar un objeto y apretar un botón para sacar una foto, pero no tenía ni idea de cómo funcionaba. Entonces a los 18, me inscribí al taller de foto del TEC (prepa). Y mi papá me compró una cámara: CANON Rebel dsrl (que aún uso) y a la cual estaba acostumbrada la marca, a sus simbolitos y soniditos. Después de la Kodak desechable usé una digital, Blanca Con Puntitos Morados, no recuerdo ni la marca (yo tenía 8 años y ella no tenía ni pantalla) Era más bien un rollo que nunca se acaba con muy poca calidad que después se veía en la compu para revisar las fotos antes de mandarlas a revelar. (en una Mac, de la cuál sigo siendo fiel a la marca). Así podía tomar las fotos que quisiera sin que mis papás me estuvieran comprando rollos y más rollos, y luego gastando en revelar.

Siempre siempre tuve cámaras, siempre siempre era la amiga que llevaba la cámara a la fiesta, a la escuela, al viaje, al cumpleaños (incluso le sacaba fotos a mis jueguetes cuando creaba una “escena”. Era una gran cualidad mía, hasta que llegaron las cámaras en los celulares. Ahora todos toman fotos, y dejé de “siempre siempre” llevar mi cámara. Mal hecho. Lo sé.

Después de muchísimos intentos de cursar un taller o diplomado de fotografía, y renunciando por la pésima suerte de tener muy malos profesores, me di cuenta que donde más podía aprender era en la experiencia (practicando). Así que adquirí pura habilidad, pero no tengo la técnica ni la teoría. Mi expectativa del curso es dominar las reglas de la fotografía, las partes de la cámara y sus funciones, las operaciones matemáticas entre diafragma y obturador. La escala de diafragma, los tipos de lentes, los cuidados… en fin. El instructivo que te viene en cada cámara, que nunca leí.